Indómita y la semilla de la inmortalidad

Cuando piensas en esas primeras lecturas que marcaron tu infancia y te motivaron a seguir leyendo hasta hoy, ¿qué títulos se te vienen a la cabeza? A mí en particular me atropellan los recuerdos de todos los libros que fueron sorprendiéndome, uno a uno, conquistándome hasta lo más profundo de mi corazón, convirtiéndome en la lectora empedernida que soy hoy. Y por más que la edad que tengo me diga que debo leer novela, poesía, ensayo…sigo volviendo la mirada a la literatura infantil y juvenil, porque en ella hay una esencia mágica, que ningún otro tipo de literatura puede suplantar. La capacidad de absorber la atención de las niñas y los niños que detenienen sus pasos veloces, llenos de energía y juegos, para adentrarse en una historia y no querer salir de ella hasta llegar a la última línea, de la última página, es magia.

El lejano norte…así se titula el primer capítulo de esta historia y, no sé tú, pero cómo con tan pocas palabras se puede captar tanto la atención. El norte, esas palabras siempre han dibujado en mi mente a una tierra misteriosa, a la par que bella. Prosigue el autor hablándonos sobre sus habitantes inmortales, sobre un lugar remoto del que nadie recuerda ya su nombre, un lugar escondido en la niebla, inaccesible, mítico. El cóctel perfecto para leer sus 83 páginas.

«Entre las brumosas y fértiles montañas del más lejano norte, existe una aldea perdida que no tiene nombre. O, si lo tiene, nadie lo sabe»

Leí la historia de Indómita y la semilla de la inmortalidad con voracidad, de una sola sentada, sin querer apartar la mirada, sin perder la atención, siguiendo cada línea, cada párrafo, hasta llegar a un inesperado final. Y sentí de nuevo esa chispa, que no siempre se consigue, de la literatura infantil y juvenil. Por eso, si estás buscando algún título nuevo con el que llamar la atención de alguna joven lectora o lector que tengas en casa, o en la familia, o para regalar, te recomiendo esta historia corta para edades comprendidas entre los 6 y 8 años. No me gusta nunca enmarcar con exactitud las edades, porque para lo que para unos es un texto muy denso y una historia a la que le cuesta seguir el ritmo, para otros es una historia sencilla y breve que lee con avidez.

Indómita y la semilla de la inmortalidad resultó ganadora del I Certamen de Literatura Infantil y Juvenil Muíño do Vento. Es obra del autor gallego Alex Mene, Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Vigo y licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

«Mi nombre es Indómita. Tengo casi trece años y medio y estoy escribiendo este diario para dejar constancia de las cosas que suceden por aquí. Yo soy la exploradora de esta aldea sin nombre.» Indómita está dispuesta a arriesgar la vida para salvar su aldea, un lugar especial que incluso podría no existir, pues a día de hoy nadie ha logrado salir de ella. Tendrá que abandonar su aldea y bajar sus escarpados y brumosos barrancos para acabar con los males que la atacan. El diario de Indómita, lleno de referencias a grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil, supone un viaje único, la inmersión en un lugar repleto de misterios, con personajes tan extravagantes como divertidos.

Bululú

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