Me despertaré en Shibuya

Japón está en mi imaginario desde muy pequeña. Recuerdo cómo deseaba que llegase la hora de comer y la merienda, no por la comida, sino porque en televisión ponían mis series de anime favoritas. Así conocí el manga, la cultura japonesa y me adentré en el mundo friki a través de series míticas como Card Captor Sakura, Sailor Moon, Azuki, Marmalade Boy y un largo etcétera que me evocan unos recuerdos maravillosos. Digamos que mi infancia y adolescencia estuvieron íntimamente ligadas a los libros, de todo tipo, y al anime. De esta forma fui creando un amor único e incondicional por todo lo que salía de una novela o un cómic. Siempre me ha parecido que aquello que ponemos por escrito cobra vida propia. La magia del papel. Mi amor por Japón me llevó a una etapa en la que quise estudiar japonés. Durante mucho tiempo lo tuve marcado en mi cabeza como un objetivo, estuve a punto de inscribirme en la Escuela Oficinal de Idiomas, pero tuve que priorizar y aceptar que no podía llegar a todo. A lo largo de los años he leído decenas de novelas ambientadas en Japón, algunas excepcionalmente brillantes, y quiero mostrarte qué tiene que contarnos Me despertaré en Shibuya porque, sin duda, destaca por su originalidad.

Me despertaré en Shibuya ha sido el gran descubrimiento de la literatura checa. Fue elegida Libro del Año 2019 de la República Checa y recibió el Premio Magnesia a la Mejor Primera Novela.

Si antes de comenzar a leer esta novela, te interesas un poco sobre su autora, descubrirás que Anna Cima estudió la especialidad de Estudios Japoneses en la Facultad de Humanidades de la Universidad Carolina y que, en la actualidad, vive en Japón. Por lo que cuando empieces a leer esta historia, te encontrarás con una protagonista muy autobiográfica, en el sentido de que, al igual que la autora, adora Japón, está obsesionada con aprender japonés y estudia Japonología en la Universidad, le encantan los literatos japoneses y solo le llaman la atención los chicos de rasgos asiáticos.

Pero esta historia no tiene una sola lectura, no tiene un desarrollo lineal, sino que juega con múltiples flash back y líneas argumentales. Nos va ofreciendo información, poco a poco, a base de píldoras, con las que vamos construyendo la figura de la protagonista y de los personajes que la rodean. Anna Cima no nos entrega una historia masticada, sino que ha elaborado un puzzle en el que, según vamos pasando hojas, todo va encajando. Y quizás este sea, junto con la presentación fragmentada de sus capítulos, uno de los rasgos más particulares de esta novela. Su lectura se hace muy amena y fluida, vas pasando páginas a toda velocidad queriendo saber más y cuando una historia consigue ese efecto en el autor es algo extraordinario.

Sin embargo, lo que convierte a este relato en una experiencia nueva para mi, en el ámbito de las novelas de inspiración japonesa, es la trama en la que la protagonista se encuentra atrapada en Shibuya. La autora juega magistralmente con un submundo en el que no hay reglas y todo parece posible, que se asemeja al mundo de los sueños, pero también al de los fantasmas. Un limbo. Esa permanente ambivalencia consiguen un efecto hipnótico en el desarrollo de la lectura.

Otra sorpresa con la que vas a encontrarte, mientras lees este novela, son algunas ilustraciones realizadas por la propia autora y por su hermano, del mismo estilo que la portada, que de tan bella que es te atrapa.

Si estás buscando un plan con el que viajar a Japón desde tu rincón favorito de lectura, no tienes más que abrir las tapas de esta novela, es un billete directo al corazon de Shibuya.

Cuando Jana, de diecisiete años, llega a su soñada Tokio, desea quedarse para siempre. Pronto se convence de las consecuencias imprevisibles de su deseo: se verá encerrada siete años en el círculo mágico del bullicioso barrio de Shibuya. Mientras la versión joven de Jana deambula por la ciudad, vive situaciones extraordinarias y busca su camino de vuelta a casa, la Jana de veinticuatro años estudia Japonología en Praga. Aspira a conseguir una beca en Tokio y, junto con un compañero de estudios, se rompe la cabeza con la traducción de un cuento japonés. Escrita con una lengua amena, fresca y coloquial, la primera novela de la joven japonóloga Anna Cima trata de la búsqueda de un camino hacia una cultura distinta, de la ambigüedad del mundo real y de la trampa de un sueño cumplido.

Nórdica Libros
21,95€

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