La biblioteca es uno de los lugares más especiales de la ciudad, un remanso de paz y de conexión con la literatura entre el bullicio que recorre las calles. Cuando entramos el silencio nos envuelve y si giramos sobre nosotros mismos vemos libros y más libros. La biblioteca es el templo de la lectura. Hay tantos beneficios para nuestra sociedad en visitar la biblioteca, aporta tanto a nivel cultural a la ciudadanía, que es un servicio que debemos defender haciendo uso de él. Si no hace mucho que te has convertido en mamá o papá, quizás te hagas la pregunta de cuándo será el mejor momento para visitar la biblioteca, por primera vez, con tu hija/a, pues a continuación te doy algunos consejos.
Llevar a las niñas y niños a la biblioteca, desde muy temprana edad, es un regalo de compromiso y amor por los libros que no solo le hacemos a ellas/os, sino a nosotros mismos como madres y padres. Realmente no existe una edad concreta con la que comenzar a visitar la biblioteca, no se trata de una fórmula mágica ni matemática, sino que es algo que tú, como educador principal, vas a saber por puro instinto, por observación sobre el comportamiento y reacción de tu peque ante los libros. Sin embargo, el mejor momento es la primera infancia, cuando aún no saben leer, pero ya se ha despertado ese interés innato y primitivo que sienten los niños por todo lo que tienen a su alcance.

La biblioteca infantil, un espacio para el amor por los libros
En un mundo ideal en el que no existiese el estrés que nos condiciona, las obligaciones laborales y las tareas del hogar, podríamos plantearnos dedicar todo el tiempo del mundo a las cosas que más nos gustan e importan, pero puesto que muy pocos pueden hacerlo, planteemos objetivos realistas y no convirtamos esta actividad en una carga, cuando debería ser, bajo toda condición, un momento familiar en el que disfrutar plenamente acompañados del maravilloso mundo del libro. Por todo ello no plantees una rutina estricta ni un calendario de visitas al mes, a no ser que seas una persona sumamente planificadora y eso te haga la vida más fácil, sino que intenta encontrar ese ratito que de forma periódica va a familiarizar a tu peque con la biblioteca y que le hará vincular instintivamente esa visita con la lectura.
Evidentemente, cuando una/un niña/o es aún muy pequeño y no sabe leer, cuando visita la biblioteca no disfruta de la lectura en sí, pero lo hace con todo el proceso. Que aún no sepa leer no significa que no reconozca qué es un libro y qué hacemos con él: nos sentamos, dejamos que ella/él lo abra y pase las páginas a su ritmo, que disfrute de los dibujos que más le llaman la atención y espera a que tú reacciones, porque ese es su mayor estímulo: el no saber qué le depara en ese momento, qué sonidos emitirás, a qué jugaréis, qué palabra nueva aprenderá.

¿Cómo plantear la primera visita?
Ten en cuenta que debe ser una visita corta, unos 30 minutos aproximadamente, pues los niños pequeños prestan atención por periodos de tiempo muy breves y es mucho más productivo dedicar un ratito, que insistir en prolongar la actividad. En este caso menos es más y este tiempo que vas a dedicarle a tu hija/a tiene un valor incalculable.
En este proceso de introducción al mundo del libro, como madres y padres este es nuestro primer acto simbólico: acudir a la biblioteca, e igual de importante e icónico es el segundo, lleno de significado y que se convertirá en un recuerdo que guardar para siempre: expedirle un carné de usuario.
Recuerda que el principal objetivo de ir a la biblioteca es que descubran el placer de la lectura, disfruten leyendo y amen los libros. Amar la lectura es un regalo para toda la vida. Además en este espacio no solo encontramos libros, sino también ordenadores, vídeos, música, y actividades de formación y fomento en las que podemos participar.
Nuestra primera visita va a ser la más simbólica, puesto que es la primera vez que vamos a estar en ese espacio con nuestro peque, y para que todo transcurra de la mejor forma posible debemos partir de un buen estado de ánimo y físico, tanto tú como la/el peque. Debemos partir desde la positividad para que asociemos la actividad con un buen recuerdo, con algo divertido en el que no solo el libro es protagonista, sino también el hecho de estar juntos los tres: tú, ella/él y el libro.
¡Los beneficios de acercar los libros a los niños son tantos! Crear un hábito de lectura es fundamental para el desarrollo y educación de los niños, pero también para los adultos. Leer estimula la creatividad y la imaginación, nos ayuda en nuestra capacidad de concentración y a conseguir una mayor atención, nos hace más curiosos y enriquece nuestro vocabulario.

Beneficios en la conducta de los niños al visitar la biblioteca
- Conforme adquieran edad, consultar los libros en la Sala de Lectura también se convierte en una oportunidad para insistir en la importancia de que debemos aprender a cuidar los libros, más incluso que si fueran nuestros, pues es un bien común.
- La posibilidad de llevar a casa libros prestados no solo nos permite conocer y disfrutar de nuevas historias, sino que nos ayuda a mostrar desapego por la posesión y adquisición de más y más cosas. Está claro que siempre tendremos libros en casa, nuestra pequeña biblioteca personal, pero es importante inculcar la idea que no necesitamos que nuestra colección sea enorme, ya que siempre podemos ir a la biblioteca a descubrir nuevas aventuras.
- Cuando nos convertimos en usuarios habituales de la biblioteca eso nos incluye en un grupo social y podemos plantearlo a nuestros hijos de esa forma especial: somos un grupo de personas que disfruta de la lectura y que el libro que tenemos en la mano ya lo han leído muchos otros antes que nosotros, y que tantos otros lo harán después. De esta forma creamos un concepto de grupo, de colectivo, unido por el amor a los libros.
- La visita a la biblioteca es el escenario perfecto para practicar la importancia de cumplir con las normas, empezando por una tan sencilla y básica como es mantener el silencio, para no molestar a los demás usuarios. Este reto que parece tan difícil para un peque en condiciones normales, se convierte en una tarea más sencilla al verse en este espacio, ya que los niños tienden a actuar como lo hacen los demás. Por tanto, es un lugar en el que practicar el autocontrol.
- A los niños les hace ilusión que se les trate como mayores y emular a sus padres, por lo que tener su propio carné les hace sentirse plenamente integrados en la actividad de la biblioteca, y a su vez les obliga a cumplir las normas. Los hace responsables de devolver los libros en su plazo y cuidarlos.
- Una vez adquieran edad, es muy buena práctica dejarlos escoger los libros que quieran llevarse a casa por sí solos, pues les ayuda a desarrollar su capacidad crítica y a definir sus propios intereses.
Hay algo mágico en las bibliotecas, es un lugar donde el tiempo se detiene. El paraíso de los libros y el descubrimiento entre las letras. Haz partícipe a tus hijas/os de este bello lugar y visitar la biblioteca se convertirá en una actividad familiar que te ayudará a estrechar lazos, pues se convertirá en tiempo que pasar juntos disfrutando de una tarea preciosa.
