Cuando comenzamos a vivir este periodo de confinamiento en nuestros hogares, todo se hacía raro. Es una situación que nunca antes hemos experimentado y muchos de nosotros comenzamos esta carrera de fondo como un spring, con las pilas a tope y sacando todas nuestras armas. Al pasar las semanas y ver que no se trata de una carrera rápida a la que tener que llegar a la meta el primero, te das cuenta de que debes adaptarte definitivamente a vivir en casa, a ocupar tu mente, a llenar tu día de diferentes actividades, a saber convivir con tu familia de la mejor de las maneras, y que proponerte pequeños retos y propósitos son estímulos que necesitas en este momento.
Al principio nos hemos ocupado de hacer muchas de esas cosas que teníamos aparcadas para «después» o para «cuando tenga un momento«, como planchar toda la ropa del cesto de la plancha, limpiar a fondo la cocina o arreglar el armario, y está fenomenal, pero los días pasan y necesitas nuevas cosas que hacer. También hemos recurrido cada día a nuestros hobbies, para disfrutar, desestresarnos y evadirnos de la situación, como si lo que está ocurriendo ahí fuera, por un rato, no fuese así y las calles siguieran esperando vernos pasear.
Sinceramente en estas semanas no he leído tanto como quisiera, apenas he terminado una novela y estoy leyendo ahora otra, pero si me llegan a preguntar antes de que hubiese ocurrido todo esto hubiese pensado que habría dedicado mucho más tiempo a la lectura. La realidad es que cuando nos desubican de nuestras rutinas diarias de esta forma, nada es normal, nada es como esperábamos que iba a ser, y quizás nos dedicamos a otras actividades, ocupamos nuestra mente de mil maneras, esperando que todo acabe y que retomemos nuestras vidas justo en el punto en el que las dejamos.
Mientras tanto, seguimos esperando y quizás la mejor forma de hacerlo es haciendo cosas que nos motiven. Si estás leyendo esto es porque te gusta la lectura, por lo que voy a proponerte algunas actividades literarias relacionadas con el mundo del libro para que estimules tu creatividad y dejes aparcada la ansiedad por un rato. Las palabras nos esperan para abrazarnos en cada página.
«La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso.» (Francis Bacon, 1561-1626)
«Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído.» (Jorge Luís Borges, 1899-1986)

1. Pon música a las letras: crea tu playlist literaria.
A menudo escuchamos música cuando leemos y si no es así, durante la lectura puede que escuches ciertas melodías en tu cabeza. Forma parte de ese proceso en el que recreamos de forma visual lo que estamos leyendo, de ahí que muchas veces digamos «lo estaba viendo como una película en mi cabeza«, y es que la música nos ayuda a imaginar, recrear y sentir las emociones que describe una historia.
¿Alguna vez has leído una novela que ha sido adaptada al cine con la banda sonora que han compuesto para la película? Es una experiencia fascinante, te permite sumergirte en la historia de una forma completamente envolvente. Si no lo has hecho nunca te invito a que pruebes estos días, y para quienes lo habéis probado ya os propongo una actividad muy musical: crea una playlist de canciones que te vengan a la cabeza cuando pasas las páginas de la novela que estás leyendo en este momento. También puedes incluir música ambiental e incluso sonidos, como las olas del mar o el canto de un pájaro. ¡El resultado es súper original y podrás guardarlo para siempre! Cada vez que lo oigas será como releer esa novela.
2. Trabaja con tus manos: el arte terapéutico de las manualidades.
La cotidianidad nos impide muchas veces que dediquemos cierto tiempo a actividades creativas, como desempolvar los lápices de colores, intentar llevar a cabo cualquier manualidad que has visto por la red, atreverte a coser una prenda o a bordar por primera vez, lanzarte a la jardinería nivel principiante o ponerte el delantal y disfrutar siendo chef probando una nueva receta. No tienes porqué ser bueno en lo que vas a intentar, se trata de probar, el resultado es lo de menos, lo importante es disfrutar del proceso.
Como manualidades literarias te recomiendo dos principalmente: hacer tu propio marcapáginas o colorear una lámina. Los blogs dedicados a las manualidades están repletos de ideas para hacer tu propio marcapáginas, aunque también puedes atreverte a improvisar por tu cuenta. Te recomiendo echar un vistazo en el blog de Cosas molonas para buscar ideas. En este periodo excepcional que estamos viviendo son muchos, muchísimos los autores e ilustradores que están compartiendo en sus webs o redes sociales láminas para descargar y colorear relacionadas con sus obras y/o libros. Te recomiendo que visites los perfiles de ilustradores como @latiendaeio o @juanjotage, que están ofreciendo estos días láminas descargables para colorear.
3. Documenta por escrito lo que estás viviendo: lánzate al journaling.
Si alguna vez has sentido el impulso de sentarte ante una página en blanco y escribir, puede que este sea el mejor momento. Seguramente dispondrás de más tiempo del habitual y además estás viviendo una situación extraordinaria. Ni siquiera tienes que pensar sobre qué escribir, no tienes que buscar un tema original o fantasioso, escribe sobre la propia realidad de lo que estamos viviendo, porque lo que nos está demostrando el día a día es que la realidad supera la ficción.
Escribir es terapéutico. Existe un proceso de liberación en el acto de dejar por escrito aquello que nos atormenta, pero también nos hace experimentar una plenitud inmensamente satisfactoria plasmar en el papel los buenos momentos. Coge alguno de esos cuadernos que siempre has dejado aparcados para «algún momento especial» y comienza tu diario de cuarentena.
Si quieres tomar algunas ideas de escritura creativa te recomiendo visitar el perfil @anikovillalba, desde su perfil de instagram puedes descargar unas páginas de regalo de dos de sus últimos libros, y desde su web dedicada a la escritura encontrarás muchos tips para lanzarte a escribir.
4. Formarte para aprender algo completamente nuevo.
Estas semanas nos hemos visto inundados de recursos online gratuitos. El mundo de la cultura y la formación se han volcado más que nunca en brindar recursos con los que podamos permanecer entretenidos en casa y quizás este sea un buen momento para dedicar algunas horas a aprender algo nuevo o a mejorar alguna habilidad.
La famosísima plataforma de cursos online «Domestika» ha habilitado el acceso gratuito a una serie de cursos, que cubren diversos campos creativos, y quizás alguno de ellos pueda ampliar tus horizontes formativos: Dibujo y creatividad para pequeños grandes artistas, Introducción a la fotografía digital, Técnicas básicas de bordado: puntadas, composiciones y gamas cromáticas, Fotografía y vídeo profesional con tu móvil, etc….
5. Ponte el delantal y estrena alguna de esas recetas de tus libros de cocina.
Si de algo sirven los libros es para aprender, para darnos ideas, para hacernos compañía, para iluminar nuestra mente. Y cuando hablamos de literatura no solo nos referimos al acto de sentarnos a leer sin más: los libros tienen vida propia. ¿Desde cuándo no abres un libro de cocina y haces una receta nueva? ¡Seguro que tienes más de uno por casa! Y si no es así, visita la cuenta de la fantástica Gloria Carrión @lagloriavegana en la que vas a encontrar montones y montones de ideas y recetas maravillosas que inspirarán el chef que llevas dentro.

6. Pon en orden tu mundo: empieza por tu librería.
Organizar tu espacio de lectura puede ser una actividad muy reconfortante, además de relajante y te ayudará a reencontrarte con libros a los que ya habías olvidado y por los que sentirás de nuevo ese impulso que te llevó a comprarlos cuando los vistes en la librería.
Últimamente está en tendencia ordenar los libros por gamas cromáticas, es decir, agrupar los libros por los colores de sus portadas, y los resultados son realmente espectaculares.
7. Maratón de cine literario: de la novela a la gran pantalla.
El cine está repleto de adaptaciones literarias y si hay algo que estamos haciendo todos estos días es pasar muchas horas delante del televisor. Un buen plan es revisionar sagas como Harry Potter o El Señor de los Anillos, ¡y quizás te animes a releerlas de nuevo!
8. Haz listas de lecturas por estaciones.
Una forma de organizar nuestras lecturas y que además anima a mantener un hábito lector, es llevar un registro de lecturas actualizado en el que anotas el título de la obra, el día que iniciaste y finalizaste la lectura, y tu calificación personal. Puedes descargar el registro de lectura de La gata que lee desde aquí.
Pero además es súper útil tener a mano una lista de libros que te gustaría comprar, o buscar en la biblioteca, o pedir por tu cumpleaños u otra fecha especial. Un plus en esta actividad es organizar esas futuras lecturas por estaciones, por ejemplo: libros que quiero leer en las vacaciones de verano.
9. Ve a la biblioteca sin salir de casa.
Visitar los fondos de la Biblioteca Nacional de España nunca fue tan fácil como ahora y es que como consecuencia del confinamiento nacional al que estamos abocados los españoles, la Biblioteca ha puesto a disposición de los usuarios miles y miles de títulos a través de su web. Del mismo modo a nivel local y provincial, las Bibliotecas Públicas también han habilitado la lectura de miles de títulos de forma electrónica.
10. Y lo más importante: simplemente lee.
Porque a veces no hay nada más relajante que simplemente sentarte y leer. Abrir las páginas de un libro es como abrir una ventana a un paisaje infinito, donde todo es posible, donde no existe la palabra no, donde puedes ser cualquier personaje, donde volar puede ser tan común como caminar. Lee y disfruta.
Y si te has quedado sin lecturas en casa siempre puedes consultar las webs de muchas editoriales españolas que están ofreciendo de forma gratuita cientos de sus obras para lectura electrónica.
